En el año 2004 se ejecutó el primer proyecto financiado por los Mecenas, con las aportaciones realizadas en 2003. Se trataba del proyecto de "Ampliación del Área Funeraria y Creación del Parque de los Columbarios". El proyecto fue elegido por los propios Mecenas en un proceso de selección en el que se sometió a votación junto con otros dos proyectos (realización de una maqueta del Teatro y Anfiteatro romanos, y adecuación de los restos arqueológicos del centro universitario de Mérida), recibiendo el 85% de los votos. Fue inaugurado el 6 de julio de 2004. En la primera edición del programa Mecenas participaron 463 ciudadanos y 52 empresas e instituciones, que aportaron un total de 23.151 € (ver listado abajo).
El
proyecto pretendía mejorar el recinto arqueológico de los Columbarios,
dando continuación a las actuaciones realizadas en este espacio por el
propio Consorcio y la Consejería de Cultura (cubierta de la Casa del
Mitreo, construcción y musealización del Centro de Interpretación y del
Área Funeraria de los Columbarios y realización de un paseo de conexión
entre los Columbarios y la Casa del Mitreo), cumpliendo un doble
objetivo específico: valorizar los restos arqueológicos de los que se
tenía conocimiento en la zona este del recinto y destinar una zona del
mismo a parque para uso de los ciudadanos en respuesta a la demanda
reiterada de los vecinos de la zona.
La Ampliación del Área Funeraria
se realizó en un espacio de unos 3.000 m2. donde se situaban una serie
de edificios funerarios conocidos desde antiguo como bodegones. Para su
puesta en valor se utilizaron criterios similares a los empleados en el
Área Funeraria, al objeto de unificar ambos espacios.
Se realizó un camino arbolado de acceso hasta los mausoleos conocidos como "cueva del latero" desde los mausoleos de los Julios y los Voconios. Los mausoleos fueron excavados, documentados y valorizados para su visita pública, habilitándose una pasarela metálica desde el camino hasta los mausoleos para mejorar su contemplación así como cartelería didáctica que incluía un dibujo con la reconstrucción ideal del edificio. El resto de la zona se destinó a parque de ambiente funerario de época romana, con plantación de cipreses y olivos y colocación de materiales arqueológicos propios de ese espacio.
El Parque de los Columbarios se sitúa en a zona exterior del recinto, con frente a la calle Antonio Machado y a la avenida Reina Sofía, ocupando una extensión de 2.600 m2. Dispone de acceso independiente, libre y gratuito para todos los ciudadanos, cerrando de noche por razones de seguridad y protección del recinto arqueológico.
Para el diseño del parque se ha utilizado simbólicamente la abreviatura "D.M.S." (Diis Manibus Sacrum - Consagrado a los Dioses Manes), utilizándose las siglas en la planta del parque; de esta forma, se construyó un arenero a modo de zona de juegos con la forma de la letra D; se realizó una M con césped envolviendo los enterramientos aparecidos en el parque; y se construyó una pérgola de madera para facilitar sombra añadida a la de los árboles con la letra S.
El proyectó contempló además la creación de zonas ajardinadas con plantación de cinamomos, plataneras, cipreses, olivos, laurel, arbustos autóctonos aromáticos, áreas de césped, zona de rocalla y macizos de flores, paseos de arena molida y la instalación de una fuente, bancos y papelera.
Los mausoleos valorizados se sitúan en el área funeraria oriental de la ciudad romana, extensa zona extramuros caracterizada por la presencia de numerosos mausoleos y enterramientos de diversa morfología y cronología, tanto alzdos y descubiertos (Julios y Voconios) como semisubterráneos y cubiertos con bóvedas.
"Otros entierros y sepulcros bien notables se hallan en Mérida; están fuera de la ciudad hacia el Occidente; llámalos el vulgo bodegones; serán como veinte y cuatro, y son unas bóvedas fabricadas de piedra menuda y argamasa, por de dentro muy lisas y nidias. Algunas tienen de largo más de seis varas, y dos de ancho; otras ocho varas de largo y seis de ancho; no guardan orden ni correspondencia, porque cada uno fabricó su entierro como le parecía. Propia y verdaderamente, son estos los entierros que los antiguos llamaron Suggrundaria, destinados principalmente para sepultura de los niños, si bien enterraban también en ellos los cuerpos mayores, siendo de personas muy principales."
Bernabé Moreno de Vargas, Historia de la Ciudad de Mérida, 1633
"A trescientos pasos distante del Muro Antiguo de esta Ciudad, a la parte meridional en una tierra de cultivo llamada del Vulgo, en suerte de los Bodegones, se hallan estos monumentos de romanos: infieren haber sido sepulcros. Los cinco diseñados se hallan enteros y bien conservados; separados de éstos hay otros siete independientes unos de otros como el de la letra C, ya arrasadas sus bóvedas y los más singular que toda su fábrica de pilastras, paredes, arcos y bóvedas son de argamasa menuda, excepción alguna piedra angular en el exterior y portada que se advierte alguna sillería. Permaneciendo en el día por los interiores alguna pieza de revoco, tanto duro y lustroso que parece un fino jade."
Planta y sección de sepulcros. Dibujo de Fernando Rodríguez, 1794-1797.
Los edificios funerarios denominados "bodegones" y conocidos hasta hace pocos años como la "Cueva del Latero" son construcciones semisubterráneas de piedra y cal, posiblemente del Bajo Imperio, con un sistema de acceso escalonado o en rampa en el exterior y una pequeña y estrecha escalera en el interior. El suelo de de opus signinum y aún puede verse, así como el paso del tiempo sobre él. Las paredes ocupadas por dos arcosolios estaban enlucidas con cal, acogiendo cada uno de lllos un sarcófago de los que no quedan restos. La bóveda de cañón, de gran altura, cerraba a más de tres metros los edificios a los que se accedía a través de unas pequeñas puertas posiblemente adinteladas.
Las alineaciones de los edificios, adosadas en batería, sugieren que se encontraban al margen de un camino, de ahí que se proyectara un paseo arbolado hacia los mismos con jardinería e hitos funerarios en sus márgenes, valorizando material arqueológico anteriormente almacenados. Los hitos expuestos son estelas de granito consideradas las más antiguas de Mérida y cupae del Bajo Imperio, de las que esta ciudad conserva el mayor número de las documentadas en España.
El proyecto fue gestionado y ejecutado por el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida con la colaboración de los arquitectos Rafael Mesa Hurtado y Jesús Martínez Vergel (diseño del proyecto), la Escuela Politécnica de Ávila (sondeos mediante georadar), Juan Francisco Porras Cidoncha, Juan Carlos Pérez Serrano y Francisco Capote Benítez (diseño jardinería), Francisco Morgado (dibujo cartelería), Jesús Rueda y J.M. Romero (fotografías), la Junta de Extremadura (terrenos y desbroce) Confederación Hidrográfica del Guadiana y Diputación Provincial de Badajoz (arbolado), Ayuntamiento de Mérida (alumbrado, conexión agua y jardinería), Carija s.a. (materiales de construcción) y la Asociación de Vecinos de San Albín.
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