El pasado sábado 15 de marzo, los socios Mecenas realizaron una excursión por la Raya portuguesa, visitando el gran lago de Alqueva y las preciosas ciudades de Mourao y Monsaraz.
La localidad de Mourao cuenta con un castillo declarado Inmueble de Interés Público. Sobre su funcación se considera como más probable que comenzara su edificación cuando se repobló la villa con los frailes de la Orden del Hospital en el primer tercio del siglo XIII. El rey D. Dinis completó el castillo a finales del mismo siglo con tres torres. A finales de siglo XIV desempeñó un papell destacado en la defensa de la frontera, siendo intensamente atacado por los ejercitos castelanos. En siglos posteriores fue objeto de sucesivas reformas.
La muralla medieval combina en su construcción un original aparejo que
esta formado por piedras de pizarra, mármol y granito reforzada por seis
torres de planta cuadrangular. Tiene cinco puertas militares
flanqueadas por torreones, algunas en arco ojival de estilo gótico y
once torres cuadradas, de las cuales destacan la torre del Homenaje cuya
puerta se abre hacia la Plaza de Armas y la Torre del Reloj que culmina
en un campanario.
Son abundantes las casas típicas encaladas en blanco y azul, construidas
en pizarra y tapia y coronadas por las tradicionales chimeneas de fuga
cilíndricas que ofrecen un pintoresco paisaje en la villa de Mourâo.
En el lago de Alqueva, en Amiera, los mecenas disfrutaron de un crucero fluvial por el Gran Lago Alqueva en el que pudieron disfrutar del
hermoso paisaje alrededor del lago y una panorámica del patrimonio cultural de los
pueblos ribereños, para terminar almorzando en el restaurante panorámico Amiera Marina.
La jornada se completó con la visita a la localidad de Monsaraz, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de un pueblo encantador totalmente peatonal, con dos calles: la Rua Direita y la Rua de Santiago. El corazón de la villa es la Igleja Matriz. El castillo tiene un torre del homenaje de forma pentagonal. El pueblo está rodeado por la muralla medieval y protegido por los baluartes que se construyeron en la guaerra contra España en el siglo XVII.
El fuerte ha sido reutilizado como coso taurino y en las fiestas del pueblo, la segunda semana de septiembre, hay corrida portuguesa, bailes y fuegos artificiales.
Fotografías: Basilio Bote
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