Publicamos, respetando íntegramente su contenido - sin correcciones - un extracto del reciente artículo sobre Extremadura publicado en una revista de viajes estadounidense, como ejemplo de la imagen de la ciudad y su patrimonio que perciben nuestros visitantes.
Fuente: Revista DestinAssian, Los Ángeles (EEUU). Autor: Todd Wessell. Fotografías: Macduff Everton.
Traducción: Lola Carrasco.
"Si España y Extremadura aparecen en tu ruta de
viajes, es una obligación visitar Mérida al sur de Cáceres. Fundada en el 25 a.C., Mérida fue la capital
de la Lusitania (España y Portugal) y alberga uno de los mejores conjuntos
romanos conservados del mundo. Lo bueno es que no hay que bajar constantemente
de autobuses o coches, se puede visitar a pie y además es preferible.
Mérida, como Cáceres y Gualdalupe,
es patrimonio de la Humanidad debido a la importancia de su herencia cultural y
artística. En un dia el visitante puede contemplar el Puente Romano, el más
largo conservado de todo el imperio, al lado las ruinas árabes que incluyen el
maravilloso templo de Diana y el anfiteatro romano (sic) construido en el 8 a.C., en cuyos mejores tiempos albergaba un aforo
de 30.000 espectadores que se deleitaban con luchas de gladiadores, algunas
veces hasta la muerte.
Pero quizás la más bella estructura es el
Teatro a pocos pasos del Anfiteatro donde todavía hoy en día tienen lugar
festivales y conciertos durante los meses de verano. Esta sorprendente
estructura estaba hasta hace un siglo enterrada, sin descubrir. Los esfuerzos en
restauración han revelado su belleza y su arquitectura típica romana: asientos
en torno a un semicirculo y llamativas columnatas. Hoy, con un aforo de 6.000
personas alberga, las representaciones estivales que comienzan a las 11 de la
noche.
Entre las muchas joyas de Mérida, una emergió
mientras caminabamos por la ciudad una mañana fresca de otoño. La ciudad se
despertaba, caminabamos por sus calles estrechas, los sonidos de las ventanas
abriendose, y los niños llorando rompian el aire frio del dia que despertaba.
Los corredores, con la lengua fuera, haciendo ejercicio. Todos parecian
encaminarse hacia un punto justo detrás de un estrecho arroyo.
Siguiendo a estos deportistas corredores
continué mi camino y doblando una pronunciada curva nos recibia una obra
dificil de olvidar. El acueducto de los Milagros en toda su extensión.
Lo que no
pudimos contar al principio y más tarde supimos es que solo una pequeña
parte de este impresionante acueducto romano queda en pie, fue construido en el
s. I para abastecer de agua a la creciente ciudad. Se conserva un lienzo de 2.700 pies de largo, 82 de alto y 82 pilares con arco.
Los senderos para corredores y senderistas permiten que podamos acercarnos más para contemplarlos.
Y en lo
más alto de estos 38 arcos están los nidos de las cigüeñas, ajenas a la
historia que yace justo a sus pies, experimentando su propia versión de los
paradores de España."
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