La Guerra de la Independencia, o Peninsular War (según la denominan los historiadores ingleses), motivó la publicación de relatos y diarios escritos por oficiales y soldados que nos aportan textos dignos de analizar y disfrutar, como la descripción de las ruinas de Mérida que realizó el Capitán William Stothert en su obra "A Narrative of the Principal Events of the Campaings of 1809, 1810, and 1811, in Spain and Portugal", que a continuación transcribimos.
"Ruta de los
británicos a merida. Cuenta
la altura de las antigüedades romanas
en esa ciudad.
Mérida, 30 de agosto de 1809.
(...)
El día 24 de agosto, después
de una fatigosa marcha de 6 leguas, bajo un sol ardiente,
la división llegó a la ciudad de Mérida,
y cruzando el antiguo puente romano de sesenta arcos,
que fue construido por César Augusto,
28 años antes de Cristo,
las tropas se detuvieron en la
orilla sur del Guadiana.
Detalle del Mapa del Teatro de Guerra, 1812. Publicado en la obra citada de William Stothert.
Mérida fue una
considerable ciudad romana, y
todavía existen muchas reliquias nobles de la antigüedad, en aceptable estado de conservación. La puerta del templo de Marte, uno de los primeros edificios a los que la curiosidad de un extraño se dirige, sobre todo de un
militar, forma
la entrada de una iglesia moderna.
Bajo la inscripcion
"Martí sacrum Vitella
paculi", existe otra, ilustrativa de su
presente desgnación: "Iam non Martí sacrum sed JesuChristo consecratum".
A poca distancia del
templo, tres altares romanos
antiguos, que fueron excavados hace cerca de un siglo, se colocan uno encima de otro para formar
un bello pedestal, coronado por la estatua de un rey español.
El área del templo de
Diana está ahora ocupado
por un edificio moderno; pero las
columnas, con la mayor parte de
sus capitales, se mantienen en perfecto estado, y están incorporadas en
las paredes de la casa, de tal manera, que los deja totalmente
expuesto a la vista. Una ventana de exquisita
belleza, ha sido cuidadosamente preservada.
El magnífico acueducto, construido por los romanos, está en ruinas; pero varios arcos se mantienen en pie, y transmiten a la mente de un espectador la concepción de su antigua magnificencia.
El magnífico acueducto, construido por los romanos, está en ruinas; pero varios arcos se mantienen en pie, y transmiten a la mente de un espectador la concepción de su antigua magnificencia.
Más allá de la extensión
actual de Mérida, dos anfiteatros; el mayor de los cuales se supone haber sido el
Naumachia. Parece más probable, sin embargo, que la exhibición naval debe
haber tenido lugar en una isla cerca
del puente, donde se encuentran los restos de algunas obras importantes. El menor anfiteatro
ha sido convertida por los españoles,
en una Plaza de
Toros, a cuyo efecto, el escenario
está cerrado.
En frente de la casa
del Corregidor, en la plaza,
existen siete hermosas
columnas de mármol blanco, que se
supone que pertenecieron a un templo
romano. En una
calle, un poco más allá, se sitúa
un arco de magnitud prodigiosa, que originalmente formó una de las
entradas de la ciudad, y fue, probablemente, un monumento de una gran victoria. Entre
las ruinas de una antigua casa, postrada en el suelo, y abandonada, se extendía una colosal estatua de Diana, como una vestal;
la cabeza y los brazos se habían ido, pero el ropaje
de la figura era muy
fina, dando medida del
mérito del artista. En el patio
principal del antiguo castillo árabe, está el baño de Diana, a la que
se desciende por un paso de 50 pasos. Una
bella pilastra de orden compuesto se colocó en la entrada.
Un poco mas alla del castillo, se encuentran los restos de algunos edificios, que, por su situación y apariencia, se conjetura que han sido los baños públicos de los romanos.
Un poco mas alla del castillo, se encuentran los restos de algunos edificios, que, por su situación y apariencia, se conjetura que han sido los baños públicos de los romanos.
Vista de Mérida publicada en la obra "A narrative of the peninsular war", del Coronel Sir Andrew Leith Hay, Londres, 1850.
A una milla de la
ciudad y cerca del acueducto
moderno, está el circo donde se celebraban las carreras de carros.
Por la situación de
la puerta romana, bajo el cual pasa el
camino real de Madrid, y las ruinas de las
murallas, nos da una idea de los antiguos límites de la ciudad, que debe haber sido de magnitud
extraordinaria. La la
tradición dice que Mérida contenía 150.000
habitantes.
Después de la batalla de Medellín, una pequeña fuerza francesa tuvo la posesión del castillo por algunas semanas,
y colocaron una barricada en el
puente para impedir el paso de
un cuerpo español que se situó en la otra orilla del
Guadiana. Por fin, los españoles se abrieron paso bajo el fuego de las armas enemigas y
pasó a través de la ciudad a la altura del castillo, que
se estaban preparando para cañonear,
cuando un considerable cuerpo de caballería francesa hizo su aparición. Los españoles, al percibir el avance del ejercito francés del Mariscal Víctor, se
retiraron con precipitación, lo que permitió a la guarnición francesa retirarse de forma ordenada sin ser molestados, cubiertos por la caballería."
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