En
un lugar donde todo es grandioso, donde por todas partes surgen restos
importantes, donde se superponen épocas en cualquier espacio, cuando se
sienten mil sensaciones diferentes al mismo tiempo, es fácil perderse
detalles, no reparar en ellos. Y, luego un día alguien los señala de
pasada y ¡¡espera!! ¿que es esto? Así las descubri yo.
Las
pisadas de otros, en los mismo lugares, ¿jugando de forma desenfadada?, no han perdido un ápice de chispa con el paso del tiempo, con el
paso de siglos, viajeros del tiempo que involuntariamente dejaron
rastros de su paso.
La
pisadas romanas no son algo habitual, diria que es muy
infrecuente. Aqui, en Mérida tenemos varios ejemplos. En uno de ellos
incluso podemos ver el calzado que la provocó, la aparecida durante la
intervención arqueológica dirigida por Miguel Alba en la unidad de
actuación urbanística de Morerias, en la conocida como "Casa de los
Marmoles".Otra esta en el Teatro Romano, en uno de los accesos hacia
la escena. La tercera es aún mas inusual. Es la huella de un perro,
hallada tambien en Morerias
Las dos pisadas humanas parecen correspoder a niños, quizá niños traviesos jugando donde no debían. En
la huella del Teatro se aprecia solo el contorno. Por el material sobre
el que aparece o por el tiempo que ha estado a la intemperie parece
estar fosilizada.
La
huella de la Casa de los Marmoles todavía permite ver el claveteado del
calzado usado habitualmente por los soldados romanos. Este tipo de
calzado era conocido con el nombre de cáliga y se aseguraba en el propio
pie y en el tobillo mediante unas correas. Su suela estaba guarnecida
de clavos algo sobresalientes que aseguraban la estabilidad de quien las
portab.a. En esta se aprecia que estaba bastante usada y los clavos del
talón estaban muy desgastados. Las cáligas dieron el sobrenombre
militar al emperador Calígula, diminutivo de cáligas, algo así como
«Sandalitas», que teniendo en cuenta el carácter que se gastaba Cayo
Julio César Augusto Germánico, seguro que provocó más de un disgusto
entre su tropa.
Y, tambien ahí, en la Casa de los marmoles, la huella de la pisada de un perro. ¿Jugaba el niño con su perro?
ADELA DE TENA
No esperaba menos de tí. Siempre me sorprendes por las "miradas" que le das a las cosas, por eso las cosas no son del color que las veo, si no de cómo me las cuentas. Sorprendete, cercano e intimista. Paqui.
ResponderEliminarQ bien te ha quedado eres muy observadora
ResponderEliminar