martes, 4 de febrero de 2014

Formación: MÉRIDA PRE Y PROTOHISTÓRICA


"Un breve recorrido histórico: Antes de los romanos.

Las tierras sobre las que se asentó Mérida han proporcionado vestigios de actividad humana que se remontan al Paleolítico inferior, algunos de los cuales se han encontrado en las inmediaciones mismas de la actual ciudad. También se han localizado herramientas que pertenecen al Paleolítico medio, que testifican la continuidad del paso de bandos de cazadores y recolectores primitivos, en clara conexión con la red fluvial del Guadiana.

Más importante sin embargo fue la ocupación, y por primera vez la explotación, de las tierras de Mérida por parte de comunidades neolíticas y calcolíticas. Un buen número de poblados y aldeas han sido descubiertas en lugares estratégicos para el control del territorio, y del Neolítico final data precisamente la primera ocupación humana estable del solar de Mérida. Se trata de un pequeño poblado instalado a orillas del río Albarregas, en la actual avenida de Juan Carlos I. Durante el Neolítico se implantó también el fenómeno megalítico, que en las cercanías de Mérida tiene un magnífico ejemplo: el dolmen de Lácara, uno de los más monumentales y grandiosos del occidente de la Península Ibérica, que goza de la categoría de Bien de Interés Cultural. Juan a Lácara han quedado otros dólmenes como el de Carmonita o los de Loriana. No faltan de estas etapas las pinturas rupestres esquemáticas: San Serván, Alange, Zarza, etc. La Edad del Bronce está bien representada en Cerro del Castillo de Alange, lugar especialmente importante de la comarca de Mérida por su posición estratégica dominando la inflexión del Guadiana y controlando los vados del río. Del Bronce final hay objetos arqueológicos de gran significado cultural como el llamado "tesoro de Mérida del Museo Británico" y la estela de guerrero de Valdetorres. En la propia ciudad han aparecido restos de esta etapa en el solar de Morería, concretamente cerámicas asociadas a una posible cabaña.

La ocupación del territorio continuó durante la Edad del Hierro, con Alange como punto destacado y otros poblados en diferentes enclaves dentro de los caminos naturales y vados del Guadiana, que explotaron económicamente los recursos variados de su medio físico. Pueblos con nombre conocidos, como tartésicos, túrdulos y vettones, se han relacionado con las tierras de Mérida y de ellos también hay objetos representativos de sus ambientes culturales, bien conocidos por la bibliografía arqueológica: jarro tartésico de Zarza de Alange, el denominado "carrito de Mérida" del Museo de Saint Germain-en-Laye de París, el "guerrero de Mérida" del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, los exvotos de bronce encontrados en la Alcazaba, etc.

A finales de la Edad del Hierro las poblaciones prerromanas se vieron envueltas en conflictos bélicos importantes, como las guerras lusitanas y sertorianas, que marcaron el inicio de la presencia romana en la zona, consecuencia de lo cual fue la reorganización de todo el territorio y el establecimiento de un nuevo orden y una nueva estrategia territorial, económica, política y militar que dio lugar al nacimiento de la Lusitania como provincia romana, dependiente del emperador, y de Emerita Augusta como capital "ex novo" de la misma.

Se ha especulado acerca de si Mérida se levantó sobre un antiguo enclave prerromano y en concreto se ha aludido al cerro del Calvario, que flanquea la desembocadura del río Albarreas en el Guadiana. Pero lo cierto es que nada ha aparecido que pueda confirmar esa suposición. Alange debió ser el centro nulear del territorio emeritense en época prerromana: castro dominante, bien protegido y estratégicamente situado. La reorganización romana del territorio y sobre todo la construcción del puente sobre el Guadiana con la propia fundación de Emerita Augusta como enclave de caminos, estableció una nueva manera de controlar el territorio, que terminó con la primacía de Alange como nucleo poblacional para trasladarla a una nueva fundación capaz de plasmar el concepto romano de ciudad y de capital. (...)"

Extracto del texto Conjunto Arqueológico de Mérida Patrimonio de la Humanidad, de Juan Javier Enríquez Navascués y Pedro Mateos Cruz, contenido en la publicación Extremadura Patrimonio de la Humanidad, editado por la Editora Regional de Extremadura, 1996


Imágenes de la charla impartida por Juan Javier Enríquez Navascués en el Aula de Patrimonio del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida a los voluntarios Eméritos, ayer martes 4 de enero, cedidas por Ángel Soriano Márquez.




DOCUMENTACIÓN:





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