domingo, 16 de marzo de 2014

EL CHINCHE, LA ÚLTIMA TABERNA


El pasado viernes los Eméritos pasaron por el Chinche, la última taberna de Mérida.


Sostiene Pedro Pablo que el más antiguo de los Chinches es don Manuel Tirado. Ese hombre trabajaba en una empresa de construcción. De sus catorce hijos, se quedaron siete, y de los siete pasaron a atender la borrachería tres, entre ellos Ángel. Siempre ha habido borrachos, se tiene a gala. 


 Fotos del local

 

Nos indica también que es el último sitio de Mérida donde se despacha vino en botella. Hay historias preciosas como, por ejemplo, la que explica que el vino más barato del mundo se venda aquí a 40 céntimos. Un día el señor que lo suministraba, trajo una garrafa de vino a un precio mayor, y el Chinche puso la copa a 38 céntimos. ¿Pero como vas a cobrar 38 céntimos con el tema de los cambios?, decían los clientes. Así que el hombre puso una nota en la que decía: El vino a partir de ahora se pone a 40 céntimos, aunque nuestra intención era ponerlo a 38 céntimos.




De otra taberna nos habla Pedro: la taberna de Avelino, que estaba en la carretera de Alange. Avelino fue el primer candidato del Partido Comunista en las elecciones muncipales. No tenía cuello, sólo cabeza, y por eso decía, "me voy a morir afixiado, porque no puedo respirar". Allí había moscas y telarañas de todo tipo. "¡Avelino, que tengo una mosca en el pestorejo!" decía un cliente. "Pues cállate", que no hay para todos, contestaba. Llegabas oliendo a Varon Dandy y siempre salías oliendo a humo. Por la mañana, si al hijo escuchaba decir que una consumición eran 15 pesetas, pues a todos cobraba lo mismo ese día. Si otro eran 40, siempre pedia lo mismo, consumieras lo que consumieras.



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