Dedicamos esta entrada a nuestra amiga y voluntaria Claudia,
que hasta que llegó a nuestra ciudad, su ciudad,
no creía en gigantes y colosos.
Es sabido que junto al Anfiteatro Flavio de Roma se situaba una estatua gigante, el Coloso de Neron, cuya representación ideal hemos visto en distintas publicaciones y películas, y que dió su nombre al Coliseo. Menos conocido es, en cambio, el Coloso que existió en Augusta Emerita.
Sostiene la investigadora Trinidad Nogales Basarrate, en su estudio "Culto Imperial en Augusta Emerita; imágenes y programas urbanos" (2007) que, antiguamente. junto al Teatro Romano de Mérida, probablemente en un lugar próximo al punto de encuentro de las calzadas que bordeaban el Teatro y Anfiteatro, se ubicaría un Coloso.
Esta teoría, apuntada en su día por José Ramón Mélida, surge como consecuencia de la aparición de diversos fragmentos de mármol en las excavaciones del Teatro Romano de Mérida realizadas por este arqueologo (campaña de 1912). Estas piezas correspondían a una estatua colosal que corresponderían a una misma estatua: parte de una extremidad, una mano derecha asiendo un objeto y una bota militar. Pudimos observar estos restos en una entrada anterior que dedicamos a las placas fotográficas de las excavaciones de Mérida que se conservan en el Ateneo de Madrid:
Según esta investigadora, la estatua tendría una altura superior a 4 m. y podría pertenecer a una representación del emperador Constantino, respondiendo al tipo estatuario en el que aparece con vistiendo coraza y botas militares y sosteniendo en una de sus manos una efigie de la victoria sobre un globo. Tampoco descarta, por el aspecto de los dedos, que fuera una estatua femenina, sedente, que representara a Dea Roma, deidad muy frecuente en época constantiniana. Considera la Dra. Nogales que ambas posibillidades pueden pertenecer a cualquiera de estos dos modelos estatuarios, recordándonos que en aquella época se produjo un florecimiento de la escultura y de las tranformaciones urbanas en Mérida, incluyendo la propia reforma del Teatro Romano.
En cuanto a la ubicación de la pieza en el lugar antes mencionado, ya apuntada por Mélida, se basa en el pensamiento lógico de la necesidad de ubicarla en un lugar destacado, con alta visibilidad, como muestra escenografica del poder, y en la aparición en aquel lugar de restos que parecían pertenecer a una plataforma de una estatua.
Fotografías contenidas en el artículo arriba mencionado de Trinidad Nogales: "a) Foto del hallazgo de las piezas en el Teatro, según Mélida 1916, b) Propuesta de ubicación de la estatua colosal, según Nogales Basarrate, foto de Floriano 1944, c) Bota colosal, vista frontal, d) Mano colosal, vista superior e inferior, fotos: DAI, cortesía Trilmich.
Que bonita dedicatoria!! Muchas gracias Antonio, estoy muy feliz de pertenecer al Voluntariado Cultural de los Eméritos del Patrimonio. He aprendido sobre Mérida, mas de lo que nunca imaginé.
ResponderEliminarClaudia Guerra.